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GRANDES POEMAS EN EL SOLILOQUIO DEL CUADRANTE TREINTA Y DOS


ERRANTE

Estaba en su inmensa poesía moribunda

en el sitio y tiempo equivocados.

Volando en cielos de halcones del infierno

de los Mayas.

Ángel de los sueños, vertidos en canciones

son rimas del pasado triste.

Está en el viento de ágiles aves estelares,

le llevan al infinito mundo de los duendes.

En la cripta de hombres de cristal y luz.

Morimos cada segundo en manos de fieras de dolor y odio;

hablando con el mirto verde y el bambú del Japón

junto a las luces de estrellas muertas en el confín del universo.

OLVIDO

Amaré de cualquier manera posible y loca; recogeré mis pasos ágiles de antaño recordando con alegría las mañanas, los soles de días alejados en la memoria diciéndome que en el tiempo todo pasa, que somos tan leves cómo mariposas de un día, que somos tan inexistentes como todo. Cultivaré la ciencia del olvido, amaré sin sentido, aquella que llegue, a la más hermosa y a la que no, a las ondinas del río de mis sueños, a las ninfas del bosque de aquí y allá, a las sirenas del mar lejano y del oriente.

EXHALA

Flor del universo estrella madre del espacio total y la música de los cielos azules en el tiempo que no existe en el vacío de la nada, que es el puente de la vida, tú, camino profundo en el sueño.

José Ignacio Rengifo;

Poeta de Colombia.

Texto extraído del libro,

Soliloquio del cuadrante treinta y dos.

Ilustración del texto,

por Carlos Humberto Lozano,

Soliloquio del cuadrante treinta y dos.


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